INTERVENCIÓN ÍNTEGRA
DE JOSÉ LUÍS RODRÍGUEZ ZAPATERO
EN LA MESA REDONDA  CON FELIPE GONZÁLEZ, PRESENTADA POR JOSÉ  ANTONIO ALONSO
“En primer lugar quiero  felicitar al grupo socialista y a su dirección, a la dirección del  Congreso y del Senado por haber organizado este acto, esta jornada que  conmemora nada más y nada menos que la presencia, hace cien años,  por primera vez, de un socialista en el Parlamento de España, de Pablo  Iglesias, fundador del PSOE y de la UGT. 1551, 1552 parlamentarios con  Pablo Iglesias, cien años, millones y millones de ciudadanos detrás,  millones y millones de esperanzas, de sueños, varias generaciones de  españoles, siempre en los momentos decisivos de la historia de España  el Grupo Parlamentario Socialista, digámoslo bien alto, siempre que  nos han dejado estar aquí, porque ha habido libertad y democracia,  el Grupo Parlamentario Socialista ha ejercido con enorme responsabilidad   su papel en la historia moderna y contemporánea de nuestro país y  por ello rindo homenaje a todos los que aquí han estado, a todos los  que estáis y sobre todo, a todos los que nos han traído aquí, a los  millones de españoles que han permitido que seamos el partido que más  tradición parlamentaria tiene en España, el partido que ha tenido  el mayor número de diputados en la historia de España y el Grupo  Parlamentario,  permitidme que simbolice en estas dos personas, al que pertenecieron  Ernest Lluch y Enrique Casas. (Aplausos)
Y tantos y tantos antes  que Ernest Lluch, que Enrique Casas, en las etapas más oscuras de  nuestra  vida política, de nuestra historia. Por ello, son cien años recordando  a Pablo Iglesias, son cien años y mucha tarea en este Parlamento. Pero  si algo destacaría del Grupo Parlamentario Socialista en su historia  y especialmente desde el año 77, desde la recuperación de las libertades   y de la democracia en España ha sido su unidad, su coherencia y su  responsabilidad. Deseo, desde aquí, hacer un reconocimiento a quienes  en el año 77 llegaron por primera vez aquí, con tanta fuerza y ganas  y diseñaron una forma de trabajar, de estar, un carácter del Grupo  Parlamentario, lealtad, disciplina, coherencia y pleno apoyo al Gobierno   cuando esa ha sido la responsabilidad que los ciudadanos les han dado.  Hemos dado una buena lección de carácter y la seguimos dando. Y por  ello, deseo expresar mi gratitud a todos los parlamentarios, al Grupo  Parlamentario que es en definitiva, el gran reflejo del PSOE por el  apoyo que da al Gobierno que presido. Es un apoyo que vale todo, que  vale todo para la tarea en los momentos más difíciles o en los menos  difíciles.
Por cierto, Felipe, de  depre nada, no estamos nada deprimidos los socialistas, estamos con  toda la fuerza y todas las ganas. (Aplausos) Y por ello, vamos a seguir  ejerciendo con toda la responsabilidad, para hacer dos cosas, primero  superar la crisis, garantizar la estabilidad, la solvencia de nuestro  país, y segundo, para cambiar las cosas que hay que cambiar y permitir  que nuestra economía vuelva a crecer como estos años con más  productividad,  de manera más sostenible y nos permita recuperar ese afán que es nuestra   gran seña de identidad, de favorecer el desarrollo de la igualdad de  oportunidades, los derechos y las políticas de bienestar. ¿Sabéis  por qué tenemos esa fuerza? Felipe lo ha dicho muy bien y voy a contar  una anécdota, voy a revelar un secreto. No suelo hacerlo, porque respeto   mucho las comunicaciones privadas, porque es mi obligación además,  pero voy a contar una anécdota de por qué es esa fuerza ante las  dificultades,  es el carácter del partido, del grupo, y también la manera de ser  de las personas y de los compañeros que se sienten muy comprometidos  y muy leales. Al día siguiente de anunciar en este Parlamento las  medidas  de ajuste, Felipe González me envió un sms, es el sms o la comunicación  más cariñosa y de más apoyo que me ha mandado desde que le conozco,  decía más o menos, “hoy más que nunca tienes todo mi apoyo,  gobernar es esto, tomar decisiones difíciles y duras”. Quiero  contarlo y quiero dar las gracias a Felipe. (Aplausos) 
Yo pertenezco a este  grupo desde hace muchos años, desde el año 86, fui elegido diputado  por León, con 26 años y me incorporé con una ilusión, y con  unas ganas enormes a la tarea política en el Parlamento en  representación  del partido con el me siento unido, en mi cabeza y en mi corazón desde  que tengo uso de razón. Seguramente desde antes y el carácter de la  lealtad, del sentido de la responsabilidad lo aprendí aquí en el grupo,  donde se han vivido, como no puede ser de otra manera, momentos más  fáciles, momentos de más euforia y momentos difíciles. Aprendí ese  carácter, esa forma de estar y de representar a los ciudadanos en esta  institución, la más alta institución de la democracia, porque representa   a todos y cada uno de los españoles. Y recuerdo muy bien mis primeros  pasos aquí, los recuerdo, debo decir que para mí suponía con 26 años  toda una experiencia apasionante, la soberanía popular, el Parlamento,  una mayoría del PSOE, Felipe, la oportunidad de votar una investidura  a Felipe González en el año 86. Por cierto, que hasta qué punto sería  el nivel de responsabilidad y de sentido de las cosas, de cómo había  que hacerlas, que recuerdo una de las anécdotas mejores que guardo  de esta casa. Porque en aquella votación, y no fue la única, mi  compañero  de escaño, no voy a decir el nombre, por alto sentido de la  responsabilidad  y, aunque, como sabéis, la votación de investidura es siempre pública,  uno se puede equivocar fácilmente en la votación electrónica, pero  para no equivocarse cogía un papel ponía un sí, se lo ponía en el  escaño para cuando llegara el momento de su llamamiento y decir sí.  Así era, hasta ahí llegaba el sentido de la responsabilidad de lo  que teníamos. Tengo que decir que algún compañero de los que hay  aquí se acordará de quién era el compañero. Bueno, más allá de  la anécdota, ese carácter y ese sentido de la responsabilidad lo he  vivido en el Grupo Parlamentario Socialista y compruebo con gran  satisfacción,  seguro que Felipe también, que ese carácter permanece vivo y me  atrevería  a decir, incluso se ha fortalecido, el sentido de unidad, el sentido  de solidaridad, el sentido de compañerismo. Mantengámoslo por encima  de todo, porque es fundamental para la tarea que tenemos por delante  y porque debemos de dejar esa huella, esa manera de ser a los que vengan   en el futuro a tener las máximas responsabilidades. No sólo porque  es bueno para el PSOE y para el Gobierno de España, sino porque es  fundamental para la estabilidad del país. Una estabilidad que al final  se cuaja en el Parlamento como todos sabemos, una estabilidad que  requiere  responsabilidad.
Felipe comentaba antes  lo que había dicho Durán y tiene mucha razón. Ahora yo no estaría  tan seguro de lo que van a hacer en Presupuestos. (Felipe González:  “Ni yo”) (Risas) Por ello, creo que hay que dejar que llegue su  momento.
Desearía, desearía  destacar cuatro grandes aportaciones, cuatro grandes huellas que ha  dejado la tarea histórica de los Socialistas desde Pablo Iglesias hasta  nuestros días. Las enumeraré, porque están en la mente de todos,  pero siempre hay que priorizar. Podrían ser muchas esas grandes ideas,  esos grandes conceptos de país, pero quiero referir sólo cuatro.
Primero la aportación  a la democracia, desde la responsabilidad, de manera especial, con  altura  de miras a la Transición, en la política de concordia y en la afirmación   en todo momento de los Pactos, de los grandes Pactos Constitucionales  y Políticos en donde siempre ha estado el PSOE desde el año 77. Somos  la única gran fuerza política que ha estado en todos los grandes Pactos  que derivan de la Constitución. De ahí que hayamos tenido, y tengamos,  ante todo, una vocación de ser columna central de la democracia.
Dos, la educación. Si  algo ha definido y, seguramente de manera muy destacada, la etapa de  los años 30 al PSOE en su trayectoria de raíces en la sociedad española,   de profundas raíces, ha sido su afán por la educación, su afán por  extender la educación en este Parlamento. Y en este Parlamento hubo  grandes nombres que trasladaron las mejores ideas de la Institución  Libre de Enseñanza en una época y luego hubo grandes gobiernos como  el de Felipe, y buenos ministros, que nos trajeron la extensión de  la educación, la igualdad de oportunidades, el nacimiento casi de las  becas, y las universidades accesibles. De tal manera, que mucho se  critica  a nuestro sistema educativo, y pocas veces se mira de dónde veníamos  y pocas veces se recuerda, se recuerda que somos uno de los países  donde la igualdad de oportunidades en el sistema educativo es mayor  y eso ha sido gracias a la extensión de la educación, a la dedicación  de recursos públicos y de becas. Sí, de gasto público, ese gasto  público al que tiene tanta alergia la derecha y aquellos que se reputan  en el terreno de los neoconservadores, porque ciertamente no les motiva  la igualdad de oportunidades, la educación. Y con la educación y con  la política de mejora de la educación, de fortalecimiento de la  formación  profesional, de impulso de nuestras universidades a que ocupen un papel  más destacado en el ránking de las grandes universidades, es  como conseguiremos la productividad y la competitividad. Es y será,  lo ha sido siempre, pero hoy más que nunca, el mejor y el gran estímulo  para el crecimiento a largo plazo.
Tercero, somos el partido   de las políticas sociales. Oír estos días a algún dirigente o a  alguna dirigente del PP produce sonrojo. Somos el partido de las  políticas  sociales. Las grandes conquistas sociales en España llevan la firma  del PSOE. Los derechos de la jornada laboral, la extensión del sistema  público sanitario, la extensión de un sistema de pensiones no  contributivas.  Y en la etapa más reciente, como bien sabemos, la Ley de la Dependencia,   el esfuerzo de nuevas políticas sociales en pro de la conciliación  con la educación infantil de cero a tres años, y todas aquellas que  constituyen esa perspectiva tan transformadora y necesaria para la  sociedad  española porque es una de las causas de nuestros problemas estructurales   de incorporar cada día más mujeres a la igualdad de oportunidades  y al trabajo.
Y cuarto, junto a la  democracia, la educación y las políticas sociales, es Europa. Europa.  Debo decir, hoy más que nunca Europa. Compañeras y compañeros, no  nos engañemos, el ataque al euro es una manifestación coyuntural por  una situación. A Europa se la cuestiona porque su unidad política,  que no es fácil de construir, Felipe lo sabe muy bien, y a 27 aún  más, es el único modelo en el mundo donde se ha conseguido a la vez  creación de riqueza y un amplio estado de bienestar. Esto es lo que  está en cuestión y cuando una cierta corriente de pensamiento, (…)  y todos aquellos que propagan ideas que han tenido un predominio muy  notable desde la etapa Reagan, Tatcher, o Tatcher, Reagan, piensan en  Europa críticamente es por desarrollo de nuestro estado de bienestar.  Para añadir a continuación, no van a poder mantenerlo. Para añadir  a continuación, no pueden competir con los países emergentes. Bien,  Felipe decía, y todos los análisis coinciden en que Asia es en estos  momentos el continente, la región del mundo, donde se va a concentrar  el crecimiento más alto, es probable. Es probable, pero ¿hasta cuándo  habrá en China, en la India, en Brasil un desarrollo de la conciencia  de la defensa de los derechos de los ciudadanos del desarrollo del  bienestar?
Porque este es el  problema  del desequilibrio en el mundo, que Europa compite con un gran estado  de bienestar y con derechos de los trabajadores y otros compiten todavía   en un estado muy embrionario, que veremos cuánto dura, porque la  historia  demuestra que en la medida que el crecimiento económico se produce  en un país, la demanda de derechos y de extensión de políticas sociales,   el estado del bienestar, también se va a generar, por tanto, esa es  la cuestión. Esto es lo que está en cuestión. Y por ello, Europa  tiene que salir de esta crisis, que no empezó aquí, como sabemos,  tiene que salir con dos lecciones claras.
La primera, no podemos  permitir que las debilidades políticas, en el desarrollo de una Unión  más perfecta de Europa en su política económica y especialmente en  la zona euro, debiliten nuestras expectativas. Porque en el, entre  comillas,  ataque, o en la crisis de la deuda o de los riesgos de solvencia de  los países de la zona euro, hay tanto un problema de riesgo económico,  de percepción de riesgo económico, como de percepción de riesgo  político,  porque las decisiones tardan porque no hay una autoridad política en  las instituciones europeas suficiente que respalde el euro, porque una  moneda única exige, además de una moneda única y un banco central  único, una política fiscal coordinada, una política presupuestaria  coordinada, y una política de competitividad equilibrada. Esta es la  gran, la primera lección. Y el gran riesgo, que esta crisis pueda hacer  que unos países de Europa, o de la zona euro, sus ciudadanos, entiendan  que puede ser una carga el conjunto de la Unión, una moneda común  porque se está creando una imagen injusta de que hay países que ponen  sus recursos para apoyar los riesgos de otros, concretamente, la  relación  entre norte y sur. Imagen injusta porque no se corresponde a la  realidad,  en lo que es la constitución europea y en lo que ha sido estos años.
Y segundo, tenemos que  defender las ideas del modelo social europeo y del estado del bienestar.   Y que ahora tengamos que hacer un ajuste fiscal imprescindible es  compatible,  no sólo compatible, sino que es el requisito para que podamos seguir  perfeccionando nuestro estado del bienestar y la igualdad de  oportunidades.
Y es verdad que como  consecuencia, en esta crisis tenemos que abordar dos o tres reformas  en España determinantes. Las estamos abordando, las vamos a hacer,  igual que en otras épocas tocaron hacer reformas difíciles. Tenemos  ahora que vivir la tercera modernización de la economía española.  La primera fue la que hizo en los años ochenta Felipe, modernizó la  economía, la segunda fue la que nos permitió entrar en el euro, gran  parte de la tarea se la dejó Felipe y luego la culminó el PP.
Y ahora tenemos que hacer   una tercera modernización de la economías española, para hacerla  más competitiva. ¿Cuál es el gran problema? El gran problema,  Felipe, y lo sabemos muy bien, es que cada vez que tenemos una crisis  económica, pasó en los 70, pasó en los 90, e incluso por encima de  ahora, el paro duplica en su crecimiento la tasa de la media europea.  Ya pasó en el 93, en el 94, que superamos el 20% de paro, y ahora cuando   habíamos llegado al umbral más bajo de la historia, que era el 8%  en la media europea, tenemos una crisis, es verdad que la crisis de  crédito y la crisis financiera, con un sector inmobiliario como teníamos   desarrollado,  afecta mucho al empleo, nos vuelve a producir el  mismo fenómeno. Y por tanto, somos capaces, como economía hemos sido  capaces de crear mucho empleo en las etapas de crecimiento y destruimos  mucho empleo cuando llega una crisis. Así no tenemos una adaptabilidad  a una situación de crisis. Este es el principal problema, el principal  para garantizar un  potencial a medio plazo.
Vamos a abordarlo con  la reforma laboral y he de decir, hemos dialogado mucho. El diálogo  es siempre útil, haya acuerdo o no, siempre es útil, porque se  contraponen  las ideas, se escucha a los demás y seguro que la reforma laboral va  a ser mejor después de haber dialogado para hacer un mercado laboral  que facilite la creación de empleo, que combata la dualidad y la  precariedad  laboral y que haga más flexible la empresa para la adaptabilidad a  las situaciones de crisis, a la productividad a los momentos difíciles.  Pero, vamos a hacerlo después de haber escuchado a empresarios y  sindicatos.
Por cierto, estos días  he oído críticas a los sindicatos, incluso he oído algún líder  de la derecha pedir que se suprima el apoyo de los presupuestos a los  sindicatos, que con esa cuantía se podría arreglar la congelación  de pensiones, de cien mil pensionistas, pero como he leído a algún  compañero, resulta que gracias a los sindicatos tenemos pensiones,  porque han luchado mucho porque haya pensiones para todos y porque haya  pensiones justas y se mejoren y quiero decirlo hoy aquí y denunciar  la demagogia de los que criminalizan políticamente todo el día a los  sindicatos en nuestro país. (Aplausos)
Y sabéis que hay  posiciones  que no compartimos con ellos, pero hay que reconocer las cosas como  son. Vamos a hacer esa reforma laboral. Y queremos que sea una reforma  laboral sustancial, que permita, que permita mejorar nuestro mercado  laboral y modernizarlo. Ésta sí que es una modernización pendiente,  porque es evidente que presenta males endémicos en el funcionamiento  del sistema. 
Tenemos que poner en  orden nuestro sistema financiero, por cierto, recordamos en pocas  ocasiones  que ha sido el sistema financiero, quizá, que mejor ha soportado la  crisis financiera dentro de los países desarrollados. Aquí no ha  quebrado  ningún banco, ni mediano, ni pequeño, ni grande. Solamente dos pequeñas  cajas han tenido que ser intervenidas y ha resistido con fortaleza.  La reestructuración está prácticamente completada, por la fusión  que hemos conocido hoy, confiemos en la tarea del Banco de España.  Yo estoy seguro que antes del 30 de junio podremos tener toda la  información,  a la opinión pública, a los ciudadanos, a los mercados, a los  inversores,  para que se vea que hemos hecho los deberes a tiempo en el proceso de  reestructuración imprescindible del sistema financiero.
Y en tercer lugar,  tenemos  que pensar en nuestro sistema de pensiones a largo plazo, decisivo,  y en esto me sirve mucho la presencia aquí de Felipe, porque lo hicimos  en el año 85, y mira si hubo buen resultado. Digo que lo hicimos en  el año 85, y dio buen resultado, porque hemos tenido un sistema de  seguridad social sólido, que ha garantizado el crecimiento de las  pensiones,  que nos ha permitido hacer un esfuerzo grande en las pensiones mínimas,  tan bajas históricamente en este país, porque ha sido muy pobre este  país y había mucha gente que cotizaba muy poco. En España nos ha  permitido tener un fondo de reserva de la Seguridad Social y nos permite   decir hoy que tenemos tranquilidad para los próximos diez o quince  años. Pero, ¿no es imprescindible desde el punto de vista de la  responsabilidad  política, si sabemos que afortunadamente cada día nuestros compatriotas  viven más años y están muchos más años con una pensión, afrontar  la sostenibilidad financiera? Pues sí, es absolutamente responsable  y decisivo. Lo hacemos pensando dentro de 15 años para que las personas  que se vayan a jubilar en ese momento puedan tener y ver cómo el  crecimiento  de la pensión media, que sigue aumentando, que ya está en más de  800 euros al mes, también se produce en ese instante. Y queremos hacerlo   en el contexto del Pacto de Toledo, pero lo haremos mirando al futuro,  con pleno sentido de la responsabilidad, porque sería irresponsable  si sabemos cuáles son las cifras, cuántas personas se van a jubilar  dentro de quince años, cuánto nos va a costar eso, no adoptar las  medidas hoy para que globalmente, gradualmente podamos tener un sistema  con la misma salud que tiene hoy nuestra seguridad social.
Esa son las tres cosas  que vamos a hacer, una reforma laboral sustancial, buscando el máximo  consenso, escuchando y respetando a todos. Dos, terminar la  reestructuración  del sistema financiero, abordar el sistema de pensiones y mantener,  porque es donde no vamos a aceptar los recortes, donde menos se van  a aceptar los recortes, para mantener el estímulo, en la educación,  en la investigación al desarrollo y en la innovación. Esa es sin duda  alguna la gran palanca para la mejora de la competitividad.
Si hacemos bien esta  tarea, y cuantas veces los españoles han demostrado que hacen muy bien  las cosas cuando están difíciles, si hacemos bien esta tarea tengo  el convencimiento, y si transmitimos, tenemos que hacer un gran  esfuerzo,  la confianza que este país ha tenido durante 30 años en sí mismo,  la confianza de la sociedad española en su futuro y en sus  posibilidades,  tengo la convicción de que podremos salir mejor que otros de la crisis,  con un crecimiento más fuerte y siendo capaces de recuperar puestos  de trabajo, de recuperar empleo, para ello hay que hacer bien las  reformas  y generar la adecuada confianza.
A generar esa confianza  estamos obligados nosotros, obligados en primer lugar. Al resto de las  fuerzas políticas tenemos que pedirles que aporten confianza, porque  aportan incertidumbre cada vez que con una declaración con la que  pretenden  dañar al Gobierno, ponen de manifiesto una situación injustamente  tratada de la economía española y de su potencial como país. Espero,  espero y deseo, que cambien de actitud, y que esa posición política  de intentar cuanto antes provocar un cambio político en nuestro país,  se la piensen, porque normalmente eso no funciona, lo que funciona es  pensar primero en España, pensar primero en tu país y luego, en tus  intereses partidistas. Lo sabemos muy bien por propio convencimiento  y habiendo pasado momentos difíciles. 
Toño, diriges un grupo  parlamentario del que nos podemos sentir orgullosos. De hombres y  mujeres  libres, que representan a la gente común, a un partido enraizado en  la sociedad. Como ha demostrado a lo largo de su historia, que ha sabido   estar y ha sabido sufrir y que sigue estando muy dispuesto a asumir  las más altas responsabilidades con el mayor sentido de compromiso  con España. Así lo hemos hecho, ese es nuestro testimonio, entre  nosotros  lo podemos decir, con un cierto grado de humildad, pero también con  una afirmación de orgullo, de orgullo sano, como el que siento más  que orgullo, siento alegría, alegría de estar con todos vosotros,  cariño, aquí al lado de Felipe, de Toño, de esta gente tan buena,  gracias. “
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