Muchas personas creen que la miel de una determinada zona, al estar hecha a partir de flores locales, podría proteger de la alergia al polen en ese lugar, pero no es así, incluso puede ser peligrosa para las personas alérgicas al polen.
Los pólenes que provocan alergia provienen de árboles, hierbas o malezas y no de las flores a las que acuden las abejas.
Por eso, si eres alérgico al polen no intentes protegerte comiendo miel, porque podría incluso provocarte una reacción alérgica. Ten en cuenta que cuanto menos procesada esté la miel, más probabilidades hay de que contenga alérgeneos, es decir, las sustancias que te provocan reacciones alérgicas.
Es un consejo del American College of Allergy, Asthma and Immunology (ACAAI).
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