el nuevo deslinde de formentera, 3

3ª parte reacciones
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ayer domingo, dia 2 de julio, el director del diario de ibiza, Joan Serra, dedicaba su columna semanal al DESLINDE DE FORMENTERA.

Como sabéis, de un tiempo a esta parte, el articulo dominical de Joan Serra se ha convertido en una referencia política y es objeto de análisis por casi todos los políticos insulares, asi como de una gran mayoría de lectores del Diario. Pues suele marcar "las claves" del asunto que trata, dada su capacidad de análisis.

Y en otras ocasiones suscita o genera debates que muchas veces superan el ámbito semanal.

por ello toda vez que fue publicado ayer y que puede ser del interés demuchos de vosotros, os lo adjunto.

salud.
mateos.

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El nuevo deslinde de Formentera

Joan SERRA

La proposición no de ley aprobada el miércoles en el Congreso instando al Gobierno a revisar el deslinde del dominio público marítimo-terrestre de Formentera es el primer paso para dar al fin una solución sensata a un conflicto que lleva casi diez años coleando por una aplicación ciega y estricta de la Ley de Costas, quizá jurídicamente irreprochable pero enormemente injusta para muchos propietarios de la isla que vieron como sus propiedades pasaban a manos del Estado y ellos se convertían en meros concesionarios temporales de las mismas.Han tenido que pasar tres legislaturas, otros tantos gobiernos, cuatro ministros y algunas sentencias judiciales para encontrar en Madrid la sensibilidad que reclamaban las fuerzas políticas de Formentera. La unanimidad lograda en la comisión de Medio Ambiente del Congreso es un buen presagio, como lo es también que el acuerdo parlamentario contemple la necesidad de contar con el Ayuntamiento de la isla a la hora de rehacer la delimitación. Los diputados pitiusos José Ramón Mateos (PSOE) y Enrique Fajarnés (PP) han hecho un buen trabajo, pero es sólo el punto de partida, un compromiso político que ha de tener continuidad y plasmarse rápidamente en actuaciones concretas.La iniciativa corresponde ahora al Ministerio de Medio Ambiente, que es el que tiene la responsabilidad de transformar el encargo parlamentario en algo más que una mera declaración de intenciones de cara a la galería (o al electorado). Los afectados han visto a lo largo de estos años demasiados compromisos incumplidos como para tener que soportar un desprecio más.

El Ayuntamiento de Formentera dispone de una vieja propuesta de deslinde alternativo elaborada a mediados de los años noventa por el PSOE y el Grupo Independiente (GIF), que entonces gobernaban en coalición, y que fue desestimada en su día por el Ministerio de Medio Ambiente. Esa propuesta atenuaba el impacto de la Ley de Costas sobre el pequeño territorio insular, se adaptaba a las características específicas de la isla y era mucho más respetuosa con las propiedades afectadas. Es probable que, más de una década después, ese documento haya quedado desfasado, pero puede servir para comenzar a trabajar y que Costas tenga una idea precisa de cuál es la aspiración de los formenterenses.

Ahora bien, hemos de ser conscientes de que la revisión del deslinde no será tarea fácil. Encontrar el punto de equilibro que concilie el cumplimiento de la legalidad y la obligación del Estado de preservar el dominio público con las reivindicaciones municipales y los múltiples intereses de los propietarios va a ser tremendamente complicado en muchos casos. Es previsible que haya desacuerdos y conflictos, pero estamos ante una oportunidad inusual que no puede ser desaprovechada y que exige flexibilidad de todas las partes, especialmente del Ministerio y su intransigente dirección general de Costas, que en última instancia son quienes tendrán la última palabra.