26 octubre 2005

Procedimiento de regularización

El PSOE en su programa electoral se comprometía a la regulación del colectivo de personas inmigrantes, para dar solución a una problemática que dejaron los gobiernos del PP. Los españoles, también los ibicencos y formenterenses conocemos muy bien lo que es la inmigración. Lo que supone tener que dejar tu tierra para ir a otro lugar para poder salir adelante, lo que supone de sentimientos, de rupturas de lazos familiares… el emigrante que trabaja de sol a sol, que ningún trabajo rechaza, que le da igual que sea por la noche o la mañana.
Los españoles demasiadas veces perdemos la memoria, pero no hace 40 años éramos nosotros los que salíamos a buscar trabajo, es mas todavía hay más de 2 millones de españoles trabajando fuera de nuestras fronteras. Y no debemos olvidar lo que supuso para nuestro país la entrada de divisas que ayudaban a nuestra economía y sobretodo los aires de democracia que llegaban con el regreso de los emigrados. Ese mismo proceso se produce ahora. Y si fue bueno para nosotros porque no lo va a ser para ellos.
El PP se empeña en hacernos creer que los inmigrantes son malas personas que vienen en pateras, que nos roban y nos quitan los puestos de trabajo. Una visión demasiado simplista de la realidad, pues la mayoría de inmigrantes entran por Barajas (como creen sino que llegan los latinoamericanos, ¿en pateras?) y segundo porque la inmigración siempre es riqueza, personas que vienen con ganas de trabajar, que ayudan a la economía del país al que llegan. Todos los países que reciben inmigración son países ricos: EEUU, Alemania…

Pero ello no quiere decir que éste deba ser una tema al margen de la sociedad, más bien al contrario, todos debemos tener derecho y deberes. Por ello desde el primer día el gobierno socialista se puso a trabajar en la regulación de toda esta realidad y por ello ahora estamos en condiciones de poder decir que cumplimos con la palabra dada.

El próximo 30 de diciembre el consejo de ministros llevará la aprobación del reglamento de extranjería y la previsión es que pueda entrar en vigor el 31 de enero de 2005. A partir de esa fecha comenzará la normalización de las personas inmigrantes.

Ello supondrá que aproximadamente 800.000 extranjeros residentes en España (de ellos 3.000 en Las pitiusas) podrán beneficiarse de dicho reglamento.

A esta regulación extraordinaria podrán presentarse todos los extranjeros que junto a otros requisitos acrediten, a través del empadronamiento, que se encuentran en España desde el 31 de julio de 2004 (6 meses). Y las personas que presenten sus solicitudes de regulación tendrán que acogerse a un plazo previsto de 3 meses, además el reglamento desarrolla la última reforma de la ley de extranjería.

El procedimiento es simple, el empresario será el encargado de iniciar el proceso, si se cumplen los requisitos. El empresario tendrá un contrato de trabajo de una duración mínima de 6 meses (3 en el sector agrícola). En verdad se trata más de una oferta que de un contrato, pues no entrará en vigor hasta que no se haya concedido la autorización. Ésta se concede bajo la condición de alta en la seguridad social y debe ser presentada en el plazo de un mes por el empresario. Y una vez dado de alta entra en vigor la autorización de trabajo y residencia. Si pasado un mes no se produjera dicha alta la autorización quedaría sin efecto. (Durante el primer mes de vigencia de la autorización el propio extranjero deberá solicitar la tarjeta de identidad extranjera que tendrá la misma validez que la autorización).

Lo más interesante de todo este procedimiento es que una vez concedida la autorización los expedientes de expulsión pendientes de resolución, serán archivados. Las solicitudes se tramitarán con carácter preferente y las demás solicitudes del mismo extranjero serán archivadas de oficio. Es decir que aun teniendo pendiente un procedimiento de expulsión o tener otros expedientes de regularización abiertos, conviene beneficiarse de esta nueva vía temporal que ofrece el Gobierno Socialista.

La inmigración es siempre una oportunidad. Para los que vienen, para los que les recibimos. Es un enriquecimiento no sólo económico, también cultural. Es una oportunidad para la tolerancia, para la convivencia.
Otro compromiso más cumplido del gobierno socialista, otra forma de gobernar, un nuevo avance más en política social.


José Ramón Mateos
Diputado socialista en el Congreso de los Diputados

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